LAS MUJERES EN EL YOGA
En la práctica de yoga estamos haciendo uso del cuerpo el cual es sujeto a las relaciones de poder del sistema patriarcal en el que vivimos. Una práctica consciente es una en la que se esta en constante observación de cómo nos movemos y relacionamos. Cada vez que hay un ruido fuerte e inesperado la primera reacción esta en el cuerpo y luego la mente intenta hacer sentido de lo que acaba de escuchar.
Es el cuerpo el primer territorio que habitamos y también el primero en absorber trauma.
Simone de Beauvoir en El Segundo Sexo dice, “¿La mujer? Es muy sencillo, dicen los aficionados a las formulas simplistas: es una matriz, un ovario; es una hembra, y basta esa palabra para definirla. En boca del hombre el epíteto “hembra” suena como un insulto. “
El patriarcado es un sistema de relaciones sociales sexo-políticas basadas en diferentes instituciones publicas y privadas y en la solidaridad de los hombres, quienes como grupo social, de forma individual o colectiva, oprimen a las mujeres.
Este sistema sexualiza y reduce a las mujeres para verlas solo como un cuerpo, un pedazo de carne inferior al del hombre.
Según Audre Lorde, las mujeres están expuestas a distintos grados y tipos de opresión patriarcal, algunas comunes a todas y otras no.
El yoga en occidente es un espacio en el que predominan las mujeres. La industria que lo promueve es un buen ejemplo de cómo se objetivizan los cuerpos de mujeres blancas y delgadas con cuerpos hábiles y atléticos. Ofreciendo publicidad que es excluyente para las demás mujeres que no tienen esta imagen.
Esto no siempre fue así.
La civilización Harappan existió desde 3300 A.C. a 1900 A.C. y abarcó el territorio de lo que ahora es Afganistán, Pakistán y el noroeste de India. Varios estudios arqueológicos han encontrado imágenes de mujeres en figuras que parecen ser asanas (posturas) en los muros de los templos. Esta es probablemente la primera evidencia de las mujeres en la práctica del yoga.
Los hallazgos arqueológicos sugieren que fue una civilización bastante organizada que priorizaba la higiene y la accesibilidad a la espiritualidad. No hay evidencia concreta de quienes tenían el poder pero hay varias teorías. La primera es que el poder no se concentraba en una sola persona sino en grupos de personas que representaban a cada comunidad. La segunda es que no había un solo gobernante, vivían en una sociedad equitativa y la otra es que las mujeres eran las que tomaban las decisiones que afectaban a la organización social.
Un par de años después surgen textos como Kaṭha Upaniṣad, Śvetāśvatara Upaniṣad, Maitrī Upaniṣad y el Mahābhārata (el Bhagavad Ghita es parte de este libro). En estos textos mencionan al yoga como un método para la liberación y mencionan a varias yoginis. Una de ellas es Sulabha, quien discute con el rey Janaka diciéndole que las mujeres alcanzan la liberación de la misma forma que los hombres y que no hay una diferencia entre ambos en lo que se refiere al espíritu.
Estas son historias del yoga previo a los Yoga Sutras de Patanjali, los cuales surgen en la época colonial. En este tiempo ya se había establecido un dominio sobre las mujeres a través de la monarquía y los brahmanes.
Los brahmanes son sacerdotes o asesores del rey que pertenecen a la casta mas privilegiada de India y que se cree que son los únicos que tienen comunicación directa con el ser supremo. Las mujeres no pueden ser brahmanes.
Durante este tiempo el yoga es satanizado pero sobrevive a través de esta casta. Es una práctica prohibida para las mujeres quienes son excluidas y obligadas a ocuparse únicamente al mantenimiento del hogar y al servicio de su pareja.
Hay que mencionar que estos acuerdos no eran aceptados ni practicados en toda India, sobre todo en el sur. Las yoginis en este tiempo y en estas regiones no solo se resisten al colonialismo sino también al patriarcado.
Alrededor del siglo VI surge el movimiento Bhakti a manos de poetas y músicos que se rebelan ante las reglas brahmánicas y toman las calles con poemas y canciones que reclaman el derecho a la equidad de género, la abolición de las castas y establecen que la conexión con el ser supremo se da a través del arte, la unidad y el amor sin necesidad de tener a un bhraman de por medio. Este es el movimiento mas punk del yoga. Quienes lo integran, en su mayoría, son mujeres.
Una de ellas es Mahadevī Akka quien esta casada con el rey Kausika y decide dejarlo, rechazar el poder y las normas de la sociedad. Siguiendo su ejemplo la poeta Lallā Yogeśvarī, también conocida como Lal Ded, deja a su esposo y camina por las calles desnuda cantando canciones de liberación. La poesía de Lalla es inspirada por la filosofía tántrica, yogica y vedanta.
Otra reconocida poeta de esta época fue Mirabai, la princesa de Rajasthan. Ella vivía con su esposo y suegra pero rechazo el rol tradicional como madre y esposa y constantemente se rebelaba ante estas imposiciones escribiendo poemas sobre su relación con su amante. Como resultado de esto sufrió mucho hasta que tuvo que dejar su casa.
Hay que tomar en cuenta que estas mujeres probablemente fueron obligadas a casarse.
En la época post colonial Geeta Iyengar, la hija mayor del maestro B.K.S. Iyengar, empieza abrirle camino a las mujeres. En su libro Yoga: Una Joya para las Mujeres propone una práctica que se ajusta y fluye con los ciclos menstruales. Junto a su padre democratizan el yoga, empiezan a incluir a las mujeres en las salas de yoga y se enfocan en crear una práctica accesible para todos los cuerpos. Geeta es quizás una de las primeras yoginis en enseñar yoga y en crear secuencias de yoga especificas para la salud de las mujeres.
En una entrevista que le hizo la BBC a Geeta ella explica que antes de la independencia de India las mujeres se dedicaban únicamente a la vida domestica y no era seguro para ellas salir de la casa. Esto provocó que no tuvieran acceso a educación y que su calidad de vida decayera bastante a diferencia de los tiempos védicos en los que si habían mujeres practicando yoga. Esto tuvo un impacto en la vida de las mujeres y las hizo sentir que no tenían derecho a nada más que no fuera ocuparse de la casa. Como resultado la mente de las mujeres se ha tenido que dividir en varias partes y han tenido que esforzarse mucho a tal punto que sus niveles de energía siempre están bajos. El yoga es una herramienta para devolverle la fuerza a las mujeres sobre todo porque el cuerpo de una mujer pasa por muchos cambios hormonales a lo largo de su vida. Una práctica que se adapte a estos cambios es un gran apoyo.
“Cuando una mujer esta herida, ella lo siente en todo el cuerpo y necesita reconstruir su fuerza interna. Cuando pierde el amor propio necesita un arte que la levante de nuevo, el yoga es ese arte”, dice Geeta.
B.K.S. Iyengar también tenía sus propias opiniones sobre las mujeres en el yoga y dijo, “La gente piensa que para practicar yoga se tiene que ser contorsionista. Piensan que las mujeres son más flexibles que los hombres y que por eso las mujeres se inclinan más a la práctica. Esto no puede estar más equivocado. Otra conclusión errónea es que el yoga es relajante y nuestra cultura espera que un hombre este activo, listo para el trabajo y para estar al frente de la sociedad mientras que de la mujer se espera que sea menos activa y que por eso el yoga es un buen ejercicio para ella. Yo soy muy critico de esto porque no estoy de acuerdo con ninguno de estos argumentos porque son producto de una sociedad patriarcal. Paradójicamente, en India, la cual es una sociedad patriarcal, históricamente el yoga era solo para los hombres. Porque el yoga en India es percibido como una practica de evolución spiritual y por eso no era apropiada para las mujeres. Piensen en como tanto en occidente como en India ambas visiones están equivocadas en cuanto al género.”
A través de los años el yoga ha cambiado mucho y muchas veces se olvida que hubo una época en la que era una práctica que excluía a las mujeres.
Hoy en día se encuentran muchas más mujeres que hombres en las salas de yoga y no podemos ignorar las implicaciones que esto tiene en los cuerpos dentro de un sistema patriarcal.
Ángela Davis en su libro Cansada y Enferma De Estar Cansada y Enferma: La Política de Salud de las Mujeres Negras dice que, “La búsqueda de sanación para el cuerpo, la mente y el espíritu esta unida a la lucha de las mujeres y es parte de la lucha por la emancipación social, económica y política.”
Cuando nos movemos, soltamos, sanamos y recuperamos estamos estableciendo una resistencia al sistema que nos quiere enfermas y débiles. A un sistema que quiere que nos sintamos inferiores y vivamos con miedo.
Geeta dijo que cuando el cuerpo esta sano y en paz esto también se refleja en la mente.
En un país como Guatemala en donde, según datos del Ministerio Publico, se reportan 3 mujeres desaparecidas al día y se registra un promedio de 7 femicidios diarios, es importante poder alcanzar paz mental entre todo este caos que amenaza nuestra existencia.
*En la imagen de este texto puedes observar a Geeta Iyengar guiando una clase de yoga.
Con información de:
https://iymv.org/geeta-iyengar-on-yoga-for-women/
https://www.cuerpomente.com/salud-natural/yoga/muere-geeta-s-iyengar-difusora-yoga-femenino_2720
https://en.wikipedia.org/wiki/Indus_Valley_Civilisation
http://www.mujeresenred.net/spip.php?article1396
Las mujeres son cuerpo: reflexiones feministas de Luisa Posada Kubissa
Yoga and Women: a possible history de Agi Wittich
The Body of Yoga: A Feminist Perspective on Corporeal Boundaries in Contemporary Yoga Practice de Emanuela Mangiarotti