ENERGÍA, CUERPO Y SALUD
Mantener una buena salud siempre ha sido una de las grandes búsquedas de la humanidad. Desde tiempos ancestrales cada cultura ha formado su creencia alrededor de cómo sentirse bien y mantener ese estado de bienestar. La medicina siempre ha existido, un ejemplo son las curanderas (mal llamadas brujas), los Swamis en la India (maestros que están al servicio de la humanidad) y en la cultura Maya los y las Aj Q’ij (contadores y contadoras del tiempo).
Conforme la humanidad se ha ido desarrollando a través de las guerras, la colonización y el capitalismo mucho de este conocimiento quedo atrás y se la ha dado más importancia a la ciencia moderna.
Pero una cosa no elimina a la otra. Es más, la ciencia nos ha dado la evidencia para respaldar muchas de las cosas de las que se hablaban antes cuando el conocimiento venía de la auto observación, el sentir y la intuición.
Una de las grandes enseñanzas del yoga es que el balance es la clave para llevar una vida saludable. Es un privilegio que ahora podamos utilizar las enseñanzas de la medicina ancestral para prevenir una enfermedad y que además podamos tener acceso a la salud por medio de la ciencia en caso sí nos enfermemos.
Ahora que estamos viviendo una pandemia entender como funciona nuestro cuerpo es importante para poder cuidarnos. Sobre todo si estamos enfrentando el abandono total del gobierno para poder garantizarnos el derecho a la salud. Ante la falta de vacunas y la incertidumbre nuestra única seguridad recae en la prevención como usar mascarillas, lavarse las manos y mantener el distanciamiento.
Pero más allá de lo físico es la mente y el espíritu los que también influyen en nuestro estado de animo y de salud. Todo el conocimiento ancestral apunta a que no solo somos carne y hueso envueltos en piel. Somos también algo más, un cuerpo que siente, un espíritu que trasciende y una energía que se transforma. A dónde trasciende el espíritu y en que se transforma la energía son preguntas cuyas respuestas van a depender de la creencia, religión o perspectiva que cada quien tenga sobre la vida. No hay una sola verdad porque todas son correctas y probablemente obtendremos la respuesta fuera de este plano material. Pero eso no es algo que busco cuestionar o responder, es una búsqueda personal e individual.
Lo que si podemos entender es como se mueve esa energía en nuestro cuerpo para poder mantenerla lo mejor balanceada posible y así vivir en un estado de bienestar.
El yoga habla de chakras cuando se refiere a energía. Los chakras son ruedas que mueven energía que viaja a través de los nadis (canales). Estas ruedas no se pueden ver pero tienen correlación con las glándulas del sistema endocrino. Un perfecto ejemplo de la unión entre la sabiduría ancestral y los descubrimientos de la ciencia.
Hay muchos chakras pero los más importantes y en los que se más se enfoca el yoga son los que recorren nuestra columna vertebral desde la base hasta la coronilla de la cabeza. Los chakras en sí no se mueven de lugar solo dan vueltas como molinos para impulsar energía. Es la energía la que se mueve a través de los canales conocidos como nadis. Según las antiguas escrituras de yoga y ayurveda hay 72 mil nadis presentes en el cuerpo sutil. A través de la práctica del yoga podemos acceder a esto y con nuestra visión interna observar los nadis como canales de luz que recorren el cuerpo. ¿Te ha pasado que hay momentos en los que cierras los ojos y ves luces? En yoga el color de las luces se refiere a la energía del chakra que puedes observar. En la ciencia moderna los nadis son conocidos como los nervios.
Los nadis más importantes son Ida, Pingala y Sushumna. De estos tres el principal es Sushumna. Este nadi esta localizado en el centro de la espina dorsal, desde la base o Mooladhar Chakra (el chakra raíz) hasta Sahastrar Chakra (el chakra de la coronilla). Ida Nadi también comienza en Mooladhar Chakra pero del lado izquierdo y Pingala Nadi se encuentra en la base del lado derecho. Ida y Pingala se mueven hacia arriba en forma de espiral y terminan en Agya Chakra (el chakra del tercer ojo).
El símbolo universal de la medicina es el de la serpiente. ¿Puedes observar alguna similitud con como se mueve la energía en nuestra columna? Es aquí donde también podemos observar como la ciencia moderna se ha desarrollado a partir de este conocimiento.
Ida Nadi representa una energía pasiva, introvertida y lunar mientras que Pingala Nadi representa lo opuesto, una energía activa, extrovertida y solar. Estos nadis son energías opuestas, la luz y la oscuridad que juntos y fluyendo sin obstáculos alcanzan un equilibrio.
Todo lo que hacemos esta afectado por los cambios en el flujo de nuestra energía. Aproximadamente cada 60 a 90 minutos cambiamos de Ida a Pingala. El yoga nos enseña a controlar y alterar estos cambios. Por ejemplo, si tu Pingala Nadi esta más activo pero necesitas concentrarte puedes cambiar el flujo de tu energía a Ida Nadi porque es esta energía la más adecuada para el trabajo mental. De igual forma podemos hacer el cambio al revés, siempre dependiendo de lo que necesites en cada momento.
Este es un panorama general de cómo funciona el flujo de energía en el cuerpo. Es un sistema integral. Si tienes un desbalance en un chakra este desbalance va afectar los que le siguen. Para llegar al equilibrio no se trata únicamente de balancear un chakra y ya estuvo. Se requiere un trabajo constante que se enfoque en la integralidad de nuestro cuerpo, mente y espíritu.
Uno de los pranayamas (ejercicios de respiración) que trabajan en equilibrar Ida y Pingala es Analom Vilom/Nadi Shodhana (tiene dos nombres en sánscrito dependiendo del texto en el que lo encuentres). Este es el pranayama de la respiración alterna.
Todas las herramientas que el yoga nos da para mantener este estado de bienestar son para la prevención. Son como la mascarilla y el lavado de manos. Por eso todas las personas que nos dedicamos a enseñar yoga somos muy enfáticas en que es una disciplina que requiere constancia.
Cuando ya estamos en una crisis de salud los pranayamas y asanas quizás no sean la mejor opción. Sí, te pueden ayudar a navegar por la crisis de una forma más llevadera. Pero cuando más apoyo te ofrecen es antes de entrar en crisis para preparar al cuerpo y hacer fluir la energía para que no haya bloqueos que puedan causarnos una enfermedad.
La ansiedad, el miedo, la tristeza, todas estas son emociones validas y necesarias. Sin ellas no existirían sus opuestos como la alegría, la paz y la calma. Nuestras emociones se mueven con Ida y Pingala cuando se entrelazan dibujando un espiral de luz y oscuridad que fluye hacia arriba. Nuestro objetivo para mantener una buena salud es poder navegar a través de esta danza sin lesionarnos y paralizarnos porque es ahí cuando aparecen las enfermedades. La respiración profunda y el movimiento ayudan a que toda esta energía fluya.
Vivir una pandemia en Guatemala ha resultado ser todo un reto. Todos y todas estamos pasando por un trauma colectivo. Muchos de nosotros hemos estado experimentando todas las emociones, saltando de extremo a extremo. En este vaivén tomate un tiempo para respirar profundo y estabilizar el flujo de tu energía. Trae los pies a la tierra, vive el momento presente y luego suelta la emoción para que siga su camino en el espiral. Recuerda, no estás sola.