DÍAS ONCE, DOCE Y TRECE

No he podido seguir escribiendo porque los días han sido muy largos. No estoy durmiendo lo suficiente y he optado por terminar mis días e ir directo a la cama. Hemos terminado las clases bastante tarde y además nos están dejando muchas tareas. Así que no he tenido mucho tiempo de escribir sobre mi viernes y sábado. Pero hoy es domingo y tengo un poco más de tiempo. Aun así debo de decir que este fin de semana ha sido muy caótico.  

Nos obligaron a ir a ese festival que ya mencioné en una entrada anterior. No hubo forma de escaparse. Además la noche antes nos dijeron que querían que subiéramos al escenario a hacer una demostración de asanas. Eso nos lo dijeron alrededor de las 6pm. Cómo era sábado mis amigas y yo habíamos decidido salir a pasar la tarde explorando las tiendas y comiendo rico. Sinceramente estamos ya un poco hartas de comer lentejas y arroz todos los días. 

Así que nosotras ni siquiera estábamos en el ashram cuando nos dieron esa noticia y tuvimos que regresar corriendo para hacer presencia en el único ensayo y montaje que hubo. Eso tardo tres horas. Todos los estudiantes estaban bastante cansados. Luego nos dijeron que teníamos que estar listes a las 5:00am del día siguiente porque a esa hora salía el bus para el festival. Nadie estaba muy emocionado con esa noticia. Bueno, solo las niñas buenas que quieren estar constantemente agradando a las autoridades.

No me malentiendan, no es que yo no les tenga respeto a mis maestros (bueno le tengo más respeto a las maestras) pero han sido días duros. De verdad quería un fin de semana tranquilo que me permitiera encerrarme un rato. Necesito estar a solas y en silencio para recargar energías. Así que yo no estaba muy contenta con esta excursión. Además me decepcionaron mucho con la actividad de hoy.  

He aprendido muchas cosas aquí y voy terminar mis estudios absorbiendo todo lo bueno pero también tengo que ser honesta y mencionar lo malo. Así que hoy nos despertamos super temprano para subirnos al bus y viajar a la ciudad que queda a dos horas del ashram. Llegamos al lugar del festival y era un gran campo abierto. Parecido al Campo Marte. En cada esquina había un escenario ya sea con una banda, bailarines o con gente cantando mantras. Era la celebración de Ram. Así que todo el mundo gritaba “Jai Jai Ram”.

Todas las personas alrededor de nosotres sacaron sus cámaras y nos empezaron a tomar fotos de una manera muy invasiva. Yo me puse mi gorrito, mis lentes de sol y mi mascarilla. Me incomoda mucho que gente que no conozco me tome fotos solo porque soy extranjera. Eso que yo no fui a la que peor le fue porque yo tengo pelo oscuro y aunque mi piel no es tan oscura no me consideran blanca en comparación a las gringas y europeas que tienen pelo rubio, ojos azules y piel blanca. Así que ellas eran la verdadera atracción del momento.

Había muchísima gente y muchísimo ruido. Como yo ya había estado en India antes yo ya sabía que las cosas se pueden poner así pero las otras chicas que están aquí por primera vez estaban muy asustadas. A esto hay que sumarle que acabamos de salir de una pandemia que nos prohibió estar entre mucha gente así que hay cierta cantidad te estrés post traumático en muchas personas.

Nos pararon frente a un escenario. No sabíamos por qué y luego nos dimos cuenta que era para que la gente nos tomara fotos. Me sentí como un mono en un zoológico. Había muchos hombres acercándose a nosotras, pegando sus cuerpos a los nuestros, intentando tomarse selfies con nosotras. Una mi compañera que estaba detrás mío empezó a tener una ataque de pánico. Así que con otra compañera la cubrimos para que nadie la viera mientras otra chica la sostenía y la ayudaba a respirar.  Yo tenía toda la cara cubierta así que no salí en ninguna foto o al menos mi cara no salió. Además fui de lo más pesada que pude. Hasta empuje a un par de hombres.

Cuando nos dimos cuenta que la demostración de asanas no iba a suceder pronto mejor decidimos quitarnos de ahí e irnos a otra esquina lejos de la gente. Nos tuvieron esperando 3 horas porque el invitado especial, que era un político, no llegaba. Mis compañeras y yo estábamos muy molestas porque no tenía sentido habernos despertado a las 4:30am para estar listas a las 5am si la presentación iba a suceder hasta las 10am.

Nos tuvieron ahí sin acceso a un baño, agua o comida. Otra compañera empezó a tener un ataque de pánico. Entre todas hicimos lo que pudimos para sostenerla. Lo impresionante es que nadie del ashram se acercó a preguntarnos si todo estaba bien o si necesitábamos algo. La esposa de un maestro solo dijo, “esto es normal, tranquilas.” Lo cual solo me enojo más.

Muchas de mis compañeras decidieron no ser parte de la demostración de asanas y fuimos pocos los que nos subimos al escenario. La verdad yo también quería renunciar a todo el show pero a una de mis amigas le asignaron dirigirlo así que en solidaridad a ella participe. 

Cuando todo termino y estábamos de vuelta en el bus nos dijeron que nos iban a llevar a otro lugar a hacer el show y luego a otro templo. Cuatro de nosotras dijimos que ya basta, que queríamos regresar a descansar. Me sorprende que no hubo más chicas que se opusieron a esto porque sé que si había más chicas molestas con toda esta situación. Me di cuenta que tenían miedo y no querían meterse en problemas.

La verdad es que yo he trabajado mucho en poner límites y a estas alturas no estoy dispuesta a ser complaciente. Así que junto a otras cuatro chicas nos bajamos del bus y pedimos un uber de regreso al ashram. Muchas nos vieron mal. Ahora ya nos tacharon como las rebeldes del grupo pero me da igual. Yo vine a estudiar no a ser llaverito de nadie.

Así que he decidido que no voy a continuar haciendo nada de karma yoga aquí. Lo que se da se regresa, ¿verdad? Así que como no me sentí protegida y segura en ese evento pues yo tampoco voy a poner de más de mi energía para lo que no tenga que ver con estudiar.

A pesar de haber sido un día muy caótico e intenso tuve la dicha de poder refugiarme en mis amigas. Así que terminamos el día comiendo naan con ajo y queso y butter paneer mientras nos acurrucábamos las tres viendo una película.

El regalo más grande de esta experiencia es haberlas conocido a ellas.

Anterior
Anterior

DÍA CATORCE

Siguiente
Siguiente

DÍA DIEZ