DÍAS DIECISIETE, DIECIOCHO, DIECINUEVE, VEINTE Y VEINTIUNO
De la serie Una Guatemalteca en un Ashram 2024
Deje de escribir día por día porque las cosas se pusieron difíciles en la última semana. Pasaron muchas cosas. Escribo esto el lunes 22 de enero. El pasado jueves tuve una reunión privada con Guruji. Me leyó las palmas, los ojos, la lengua y el pulso. Tener una de estas consultas con él era una de las cosas que más me emocionaba de regresar al ashram porque cuando estuve aquí en el 2017 me leyó las palmas y me dijo muchas cosas para el 2024. Cosas que nunca he compartido con nadie intentando proteger mi energía. Así que desde ese entonces me he estado preparando para este año.
Creo que no es casualidad que yo haya regresado justo al inicio de 2024 al ashram. No fue planeado. Fue la fecha que me dieron cuando me inscribí al curso el año pasado. Así que cuando tuve mi consulta este año me dijo muchas cosas muy esperanzadoras. No lo voy a compartir todo. La mayoría de cosas son solo para mí. Pero tengo la certeza de que toda esta preparación va dar sus frutos. El verdadero éxito no se da de la noche a la mañana. Todo lo duradero, todo lo trascendental toma tiempo, mucho tiempo. Se necesita mucho estudio y muchos fracasos. Muchas veces me he frustrado mucho por no tener una vida estable, un trabajo estable, no tener suficientes practicantes o personas a quienes compartir todo lo que he estudiado. Al final todo esto es para el bien de la humanidad. Yo me siento muy conectada a todo y lo siento todo demasiado así que creo que estoy en este camino porque necesito que todes estemos bien para que yo me pueda sentir bien.
Sí, yo sé que es mucha responsabilidad asumir todo el dolor del mundo como mío y también estoy trabajando en balancear eso. Sé que no me voy a ir de boca. Voy a cobrar lo que necesito cobrar para poder comer bien y vivir bien. Sin lujos pero si lo necesario. Eso nunca lo he hecho. Siempre regalo mi trabajo. De ahora en adelante voy a cambiar eso. Seré más consciente de mis necesidades.
Algo que sucedió en mi consulta con Guruji fue que empecé a llorar intensamente mientras me explicaba como todo el dolor que he experimentado durante mi vida me ha permitido usar el enojo como una energía punzante y muy peligrosa. Me dijo que mi super poder es transformar el enojo y re dirigirlo para no internalizarlo. La digna rabia es mi bandera. Todo iba bien hasta ese momento. Me hacía mucho sentido todo. Hasta que dijo que lo que pasó el domingo pasado fue una prueba para mí enojo y que ahora tenía que hablar con mis amigas que aún cargan un pensamiento negativo y ofrecerles Yoga Terapia para cambiar eso.
Ahí me hizo corto circuito todo. ¿Cómo me vas a hablar de la digna rabia pero no sabes reconocerla cuando tus estudiantes la están sintiendo? Yo estaba muy vulnerable en ese momento. Como si estuviera bajo su hechizo. No podía responderle nada, solo mantenía mi cabeza inclinada hacia abajo. No quería que me viera. Luego me dice que nos vamos a tener que mudar a un hostal que queda a media hora del ashram porque ese fin de semana habrá una boda y nuestros cuartos estaban reservados para los invitados de la boda. Me pidió que le avisara a mis compañeras.
Hice lo que me pidió pero cuando les conté ellas me dijeron que no era justo. Nosotras habíamos reservado nuestro espacio en ese edificio desde julio del año pasado. ¿Cómo así que nos iban a llevar a otro lugar? Tenían razón. Me di cuenta que Guruji me gaslighteo. Me hubiera gustado responderle en ese mismo momento que me estaba hablando y decirle que no era justo.
Estábamos todas muy enojadas con esta mudanza pero luego resulto ser lo mejor que nos pudo haber pasado. El ashram queda en las afueras de la ciudad. Así que no hay nada cerca. Pero el hostal queda en la ciudad. A un par de cuadras hay una calle llena de restaurantes y tiendas. Así que el sábado que llegamos al hostal salimos a explorar la ciudad. Comimos delicioso. Fuimos a muchas tiendas y mis amigas compraron todos su regalitos y todas las bufandas fabulosas. Yo no compre mucho porque todavía me queda un mes y medio más en India y no quiero andar cargando con muchas cosas desde ahorita. Pero me disfrute mucho el poder salir y comer de todo. Además fue un alivio no tener que levantarme al amanecer y poder bañarme en un baño con regadera y agua caliente. Hemos decidido que nos vamos a quedar aquí el resto de la semana. No queremos regresar a quedarnos al ashram. Ya pedimos que nos vengan a traer para pasar el día ahí y recibir clases y luego regresarnos para pasar la noche en el hostal. Ya solo me quedan 3 días más. El jueves es el último día de clases.
El domingo dos de las maestras vinieron a visitarnos para escuchar nuestra experiencia en las últimas semanas del ashram. Ellas dos son mis maestras favoritas porque son las mejores maestras. Una de ellas es fisioterapeuta, medica general, doctora de ayurveda, yoga terapeuta y tiene un master en yoga y meditación. Es una de las personas más preparadas del ashram. Pertenece a la quinta generación de doctores ayurveda para los reyes. Lo peor de todo es que nunca la nombran por lo que es. No le dicen la doctora tal. Pero a los maestros si les dicen doctores aunque no lo sean. El machismo es muy fuerte. Ella ya renunció porque los hombres del ashram nunca le daban su lugar. El ashram no tiene idea de lo mucho que están perdiendo. Yo he decidido que voy a seguir estudiando para que me den mi certificado pero le voy a pedir tutorías a ella.
La cosa es que ellas vinieron a escucharnos. Lloraron con nosotras al enterarse lo enojadas que estábamos con el trato que estábamos recibiendo. Decidimos que íbamos a ir todas en grupo a hablar con Guruji y exigir una disculpa. Queremos que asuma responsabilidad. También acordamos que no queremos recibir clases con el maestro de asana. Es muy mal maestro y no nos está enseñando lo que necesitamos saber para el nivel de Yoga Terapia. Es por eso que todo el trabajo ha recaído en mi maestra que es doctora y esa es una de las razones por las cuales ella está renunciando.
Somos siete chicas que estamos muy molestas con todo esto. Sé que hay otras pero no se atreven a hablar y luego hay otro grupo que se ha acomodado muy bien en el lugar de “discípulas”. Ese es el grupo de las europeas. Blancas. Para ellas la experiencia ha sido maravillosa porque a ellas les dieron el mejor cuarto y las tratan como princesas. Además a ellas no les molesta ser vistas y expuestas como algo exótico e inalcanzable. Tienen la actitud de White Saviors.
No me sorprende que el racismo, machismo y los juegos de poder entre las instituciones estén muy presentes en un ashram. Pero sí me es triste. Yo le tenía mucho cariño a este lugar porque sí me ha enseñado mucho. Creo que esta experiencia ha sido muy valiosa porque ahora puedo ver las cosas por lo que son. No pienso regresar a este lugar pero continuaré mis estudios en línea para obtener mi certificado. Mientras tanto voy a recibir tutorías con mi maestra. Es a ella a quien admiro mucho por darse su lugar y ser una mujer super preparada. Ya me compartió un par de sus recetas secretas que creo serán de gran ayuda para los pacientes que yo tenga en el futuro.
Hasta nos invitó a salir e ir a un bar esta semana. Cuando nos invitó nos dijo “soy una chica yogini distinta”. Lo cual me encantó. Estoy cansada de los baños de pureza que se dan muchos de las personas que practican yoga. No tienes que ser vegana, sobria, usar bindhis y hacer rituales para tener una vida saludable. Solo tienes que balancearlo todo. La luz y la oscuridad en un equilibrio perfecto. Esa es una de las lecciones más valiosas que ella me ha dado.
Claro que no juzgo las otras formas de vida de las personas. Lo que sí me molesta es cuando juzgan la mía. Yo también soy una chica yogini distinta.
Por ejemplo, hoy en India se celebra el regreso de un templo hindú. Ya lo mencioné en una de las entradas anteriores. Básicamente es un templo que ha provocado mucha controversia y mucha violencia contra los musulmanes. La historia tiene muchas capas y es muy complicada. Intentaré resumirla. Hay dos narrativas. Una en la que se celebra la inauguración como un triunfo en contra de los invasores y una manera de recuperar lo que la colonización les robo. La otra toma en cuenta todos los matices de lo que sucedió. La construcción de la mezquita se dio hace 500 años. Quienes visitaba ese lugar hoy en día ya no eran los invasores. Eran indios musulmanes. No quiero ahondar tanto en la historia aquí pero si te interesa puedes investigar sobre el templo de Ram en Ayodhya.
La bandera de India es anaranjada en representación de los hindús, blanca por los cristianos y verde por los musulmanes. La rueda de en medio simboliza la unidad entre las tres religiones. Pero hoy las calles están llenas de bandera anaranjadas. Hay muchos cuetes sonando a cada rato. Hay gente gritando Jai Shri Ram en cada esquina. Pareciera que hay mucha alegría pero es un día doloroso y peligroso para los musulmanes. No se está respetando la unidad que representa la bandera.
Lo peor de todo es que la inauguración de este templo esta provocando que muchos zionistas digan que ahora es el turno de Israel para retomar los templos en Jerusalem.
En todos lados se ha dicho que el yoga es una práctica laica y para la humanidad pero también es cierto que mucha de su filosofía es compartida con la del hinduismo. Así que existe toda una discusión sobre si le pertenece al hinduismo o no. Muchas practicantes y profesoras de yoga en occidente tienen una devoción extraña porque no se nombran hindús pero si hacen poojas (rituales del hinduismo). Creo que ese es un claro ejemplo de la confusión que existe mezclada con apropiación cultural y falta de pensamiento crítico.
Yo no soy una de esas personas porque nunca seré devota de cualquier cosa que me lleve extremos que provocan violencia. Así que hoy no he salido del hostal ni participe en ninguno de los rituales. Hoy me paro en solidaridad con los musulmanes. Esta es mi práctica de ahimsa.