DÍA SIETE
De la serie Una Guatemalteca en un Ashram 2024
Tuve una de las experiencias de meditación más intensas y hermosas que he tenido en la vida. Ya lo dije muchas veces, yo ya sabía que las meditaciones aquí son de otro mundo pero ni cuando estuve aquí en el 2017 sentí lo que hoy sentí y vi.
El método de BBM utiliza respiraciones profundas y candados energéticos para sostener la energía universal y elevar kundalini. Se deben hacer varias repeticiones durante mucho tiempo hasta que el cuerpo entra en trance y lo hace de manera automática. Uno llega al punto de ya no pensar en hacerlo y solo hacerlo. Soltar el control del cuerpo y mente para conectar con el verdadero ser.
Guruji nos dijo que cada vez que exhaláramos pensáramos en lo que queríamos sacar del cuerpo en cada exhalación. Yo pensé en exhalar tensión que ando cargando en los hombros. Llegué al punto de entrar en trance y cuando estaba en ese espacio vi a mi mamá y mi abuela.
Mi madre murió cuando yo tenía 14 años y mi abuela murió dos semanas antes de que yo me viniera a India.
Las vi a las dos y empecé a llorar de manera muy intensa. No sentía ni tristeza ni alegría. Era algo más allá de lo emocional. Ni bueno ni malo. Quizás más cómo una purga. Luego Guruji nos dijo que llevaramos la frente hacia a la tierra para entregarnos a la madre y dejarnos sostener como sus bebés. Yo no sé si él sabía lo que yo estaba viendo pero dio justo en el clavo.
Así que bajé mi cabeza e inmediatamente empecé a sentir como mis hombros se calentaban y como mi madre y mi abuela se ponían una de cada lado. Cómo asegurándome que estaban justo detrás de mí, sobre mis hombros. Empecé a ver luces rojas y rosadas que palpitaban y que formaban un triángulo a la inversa. Cómo un útero.
Las escuche decirme que están conmigo, que aquí estamos todas, que siempre lo hemos estado y que yo soy ellas.
Estuve un buen tiempo en ese estado hasta que Guruji nos dijo que era tiempo de regresar.
Diría que aún lo estoy procesando pero la verdad es que no creo que haya que procesarlo o racionalizarlo. Ellas están conmigo y punto.
Durante la semana que murió mi abuela yo estaba muy enojada con la vida. No entendía por qué me ha tocado perder tanto. Conozco gente mucho mayor que yo que no ha experimentado la muerte de nadie cercano aún. Eso me daba rabia. Me parecía injusto.
Muchas veces he pensado que me ha tocado vivir una vida muy triste. Constantemente despidiéndome de la gente de una u otra manera, no solo debido a la muerte, sino también porque mucha gente cercana a mí se va. Me he despedido de mi padre muchas veces. Mis mejores amigas también se fueron. Amigos muy queridos de mi vida universitaria tampoco están cerca. Mi hermano aunque sigue en el mismo lugar pareciera que se fue. He estado muy enfocada en toda la distancia que me ha dolido.
Además la mayoría de oficios que tengo tienen que ver con acompañar a otres. Estoy todo el tiempo dando y dando. Muchas veces me he preguntado, ¿quién me acompaña a mi?
No se lo he contado a nadie porque siento que cuando por fin puedo coincidir con mis amigas en horarios para podernos hablar lo menos que quiero es contarles lo sola y triste que he estado. Siempre les digo que estoy bien. No quiero que se sientan culpables por nada. Yo sé que muchas de sus decisiones no tienen nada que ver conmigo.
Guatemala es muy dura.
Ahora que estoy aquí me he sentido muy acompañada. Tengo un amigo que seguido me manda notas de voz para contarme sobre su vida y preguntarme sobre mi experiencia. Otra amiga me ha estado constantemente mandando fotos de mi gata. Habló con mi papa todos los días. He recibido tantos mensajes de tantas personas. Incluso personas con las que llevaba años de no hablar.
Además las amigas que he hecho aquí están todo el tiempo pendientes de las demás. Ayer que no salí de mi cuarto para casi nada recibí mensajes de todas preguntándome si me sentía bien. Les explique que solo andaba introvertida pero que todo bien. Entendieron perfecto.
Aunque esto sea solo durante el tiempo que este aquí y al salir mi vida siga llena de pérdidas y distancias he ganado mucho acá. Tendré mejores herramientas para navegarlo. No digo todo esto de forma negativa. Lo digo porque la vida siempre va estar llena de dolor. Esa es una garantía. Yo decido como quiero enfrentarlo.
Me hacía mucha falta sentirme sostenida. Qué rico ha sido. Gracias por tanto.