DÍA DOS
De la serie Una Guatemalteca en un Ashram 2024
Mañana empieza el curso formalmente. Así que hoy fue el último día en el que tuve tanto tiempo libre. Hoy llego toda la gente y se completó el grupo. Somos como 20 personas en total. Conocí a las chicas que durante meses solo había visto por medio de una pantalla. Todas me cayeron muy bien. Es un grupo muy variado. Hay gente de India, Nueva Zelanda, Grecia, Australia, Japón, Latvia, Hungría, Canadá, Inglaterra y Usa. Mis compañeras de Latvia y Hungría son un amor y por primera vez no me siento recha en un grupo grande. Hablo y nadie me interrumpe. Siento que en Guate eso no es muy común para las personas que somos un poco introvertidas.
Yo soy la única latinoamericana. La última vez que estuve aquí había un argentino y una mexicana así que era lindo y acogedor poder hablarnos en español. Esta vez solo hay dos chicas que medio hablan español e intentan comunicarse conmigo de esa manera para practicarlo. No hablan tan mal. Una aprendió español en Nicaragua y la otra en Xela. Quien diría. A veces el mundo se hace pequeño y existen estas coincidencias.
Como era mi último día antes de empezar el curso formalmente decidí pasar toda la mañana en la biblioteca aprovechando wifi. Subiendo videos y textos a la plataforma de Raíz. Porque paralelamente a esto estoy ofreciendo un curso en línea para poder generar un poco de ingresos mientras estoy aquí.
Pero no sabía que en el cuarto que me dieron no hay wifi. La vez pasada sí tenía, lento y malo pero tenía. Ahora no. Así que tengo que hacer buen uso del tiempo libre para poder ir alimentando el curso en línea.
Ha sido difícil conseguir suficientes personas interesadas en el curso. Siento que en Guate la gente no está interesada en la salud preventiva. Supongo que ha de ser por el contexto tan duro en el que nos encontramos y también por lo afectades que estamos por todo el trauma de haber vivido un genocidio y tantos gobiernos corruptos que han hecho que este país sea tan difícil e invivible. A eso hay que sumarle lo malacostumbrados que estamos a tener las cosas rápido. Resultados escuetos pero inmediatos.
Me cuesta entender por qué la mayoría de personas en occidente prefieren tomarse una pastilla para esconderlo todo que seguir un tratamiento que toma tiempo pero que tiene mejores resultados para toda la vida.
Aquí la gente está continuamente estudiando y practicando. Nunca dejan de hacerlo. En el grupo hay un chico que tuvo parálisis y nos contó como intentó de todo para mejorar y lo único que le funciono fue la Yoga Terapia. Nos dijo que esa es su medicina y que todos los días le dedica una hora y media a la práctica de Yoga y Pranayama. Ya no tiene parálisis. Pero no ha dejado su práctica. Él dice que es para toda la vida.
Creo que si la gente le apostara al auto cuido de esa manera las cosas serían distintas en Guate. Aún así, con todos estos obstáculos que veo en Guate, estoy estudiando esto. Ojalá que algún día rinda frutos y pueda de verdad vivir de esto. Porque hasta ahora llevo 6 años de ser profesora de yoga y no he podido sostenerme económicamente solo de esto.
Ya estoy cansada de tener mil trabajitos para juntar pushitos de dinero y lograr tener algo decente que me permita comer y vivir tranquila. Sin tener que pagar las cuentas, quedarme en cero y tener que recurrir a los ahorros que cada vez son más y más escasos.
Mi meta para el 2024 es eso. Poder tener ingresos estables sin tener que recurrir a un call center o Task Human (una app tipo Uber para profesores de yoga). La vida es muy difícil en Guatemala y más si uno se dedica a la salud y/o el arte.
Aquí hay dos bailarinas que son profesoras de yoga. Las dos viven bien. Tanto del baile como del yoga. No podían creer que yo tengo un estudio de yoga y no logro vivir de eso. Ellas sueñan con tener uno y no ser empleadas de alguien más.
De todas las 20 personas que estamos aquí yo soy la que más trabajos y estudios tiene. Licenciada en comunicación, doula, consultora de ayurveda, actriz y profesora de hatha, vinyasa y prenatal. Al salir de aquí también seré profesora de meditación certificada bajo el método de Paramanand y en un año más terapeuta de Yoga. Todes estaban asombrados de que a pesar de todo eso no tengo un ingreso estable.
Sé que a esto hay que sumarle muchas capas más y que no es así de simple. También sé que en Guate soy privilegiada pero a veces me frustro y eso pasó hoy cuando escuché como era la experiencia de vida de otras personas.
La frustración solo fue aumentando durante el día porque después de almuerzo salí a buscar una tarjeta SIM para dejar de gastar tanto en pinche Tigo. Aquí por Q28 te dan 60G al mes.
Pero es un gran tramite conseguir una SIM si uno no es de acá. Estuvimos 3 horas en la tienda de telefonía. Me dieron la tarjeta y me dijeron que esperara un par de horas para que se activara. A las 3 horas me mandaron un mensajito disculpándose diciéndome que no me va servir. Sin ninguna otra explicación. Perdí Q28 y no pienso volver a pedir el reembolso. Quiero evitarme ese pleito.
Así que quizás más adelante encuentro otra tienda y veo si se logra o no. Por ahora ya no me queda más tiempo para salir y dar esa vuelta. De ahora en adelante ya solo tengo libres los sábados y domingos.
Mañana tengo mi primera clase a las 7am, prácticas con pacientes a las 9am, ceremonia de bienvenida a las 12pm y bhakti yoga a las 5pm. Ya después de mañana el horario se llena aún más con clases de asana, meditación, filosofía, anatomía y ayurveda.
A pesar de la frustración que me provoca el ser guatemalteca (y que además eso me persiga hasta el otro lado del mundo) estoy emocionada por comenzar.